sábado, 19 de abril de 2008

Segunda etapa...segunda vida.





Hace muchos años ya que salté, por primera vez, en paracaidas. Nunca habia montado antes en un avión; después del primer salto una euforia enorme me embargó. Al día siguiente una extraña sensación me recorrió el cuerpo. Mi instructor, un tipo pequeño con mil doscientos saltos me miraba atentamente en la zona de embarque. Me sentí observado...lentamente se acercó a mí y me dijo: "tranquilo, ahora el cuerpo ya sabe a lo que se expone, por eso el segundo es el peor". Lo miré a los ojos y me quedé en blanco...

Después del primer palizón, la noche fue buena, no hizo demasiado viento. A las 5.30 el aleteo de los faldones de la haima me hicieron despertar. Saqué la cara del saco y pude ver la claridad del amanecer. Me levanté y me alejé de las haimas; algunas figuras se recortan en el horizonte, separados por algunos cientos de metros había otr@s personas, algunos se desplazan con dificultad, cojeando, otros estaban quietos como yo. No hacía frío, es más, me doy cuenta que con la hora que es y ya empezaba a notarse un cierto calor...un pensamiento me impacta en el centro de la frente: "sin viento...promete ser un día caluroso.

Al poco rato los termitas llegan alegres con su grito de guerra "vamos, vamos". Me coje con mis cosas fuera de la tienda.
El desierto empieza a llernarse se sonidos, pero detrás de ese bullicio, a pocos metros se encuentra el silencio, un silencio más pronunciado que ayer, sin viento, sin sonidos...con alma.

Me miro en mis hermanos y recuerdo a mi instructor, el pequeño habilidoso paracaidista. El segundo...

Mis hermanos de tienda, los sevillanos, Dani el catalán y los hermanos de equipo están serios, es una jornada en la que está todo por hacer, aún no nos hemos acostumbrado a la ley del desierto, una ley implacable y dura. Lo que es es lo que hay. Mi filosofía de vida es esa, pero allí se presenta en toda su intensidad y crudeza. El fantasma de esa ley inapelable que ya le ha cosatdo a unos cuantos la retirada planea sobre nosotros. Mi hermano Juan nos ha contado como un tipo estaba siendo atendido en una duna, gotero, helicoptero y adiós...fueron varias las personas que tuvieron que ser atendidas de esa manera.

Este día, es largo, 38 kms, pensamos que será bastante llano a excepción de un Jebel impresionante a subir en los últimos kms de carrera.

Empieza la fiesta...ayer Juan se quedó ronco de gritar en la salida, él y Diego disfrutan mucho en los momentos previos. Yo, como siempre me sumo en un estado de serena agitación, conozco bien esta sensación, me ha acompañado en muchos momentos de mi vida.

Salimos y, como siempre, el personal sale disparado, la adrenalina se puede oler...los kamicaces del desierto nos callamos, es raro ver a alguien hablando, salvo que vayan en grupo, en cambio las miradas valen su peso en oro. Es el lenguaje esencial, no verbal, primario del ser humano. Me cruzo con la mirada de un japonés, embutido en una extraña vestimenta, sus ojos rasgados le delatan, sus ojos me sonríen y le doy un golpe en la espalda, su mirada es de extrañeza ahora.

El terreno es llano, el calor va en aumento, no paro de beber; llego al CP1 km 12,1. Empieza la escalada de la sal. Me pican la tarjeta y el médico me espera al final del cajón...¿todo bien? me hace quitarme las gafas y me saca 4 dedos de su mano, cuatro pastillas de sal por litro y medio de agua...cada vez que subía el número de pastillas era señal de que los grados de temperatura y de humedad iban en aumento. La gente iba dejando los restos de las botellas de agua que no usaban bien puestas para que los que vienen detrás las usemos, me lavo la cara, me mojo el buff y la gorra, sigo adelante en busca de mi objetivo: el CP2, no existe otra cosa en la vida que eso, sólo llegar al CP2 eso es en el 24 y, antes un lago seco, es el primero que tendremos que pasar pero no él único.

El lago seco...vida ausente?...la primera pájara...

Entrar en un lago seco es como entrar en el limbo, es un lugar llano, muy llano, interminable...la mente es puesta a prueba, los lejanos compañeros son puntos es el horizonte. Escucho el sonido de mis pies quebrando la tierra seca...cielo, infierno, cielo, infierno...está dentro...miro el horizonte y me doy cuenta de que ansio llegar al final del lago seco, voy más rápido, me doy cuenta, el sudor, que rara vez aparece me cubre los brazos, las pulsaciones han subido...la jodida mente me está jugando una mala pasada...pero lo he cazado...enlentezco el ritmo, bebo agua y tengo la sensación de que el mal momento está pasando. Mi mano derecha toca la foto de mis seres amados, Carmen, Rocío, Marta y mi perra curra, las llevo en la mochila del vientre, justo donde los orientales dicen que está el centro del ser. No me es posible explicar la fuerza, la energía que he sentido al pensar en las personas amadas. No está la cosa para derrochar agua, pero me doy cuenta de que no estoy solo en la soledad y unas lágrimas calientes me recorren las mejillas.

Llego al CP2 y me resfresco de nuevo, no paro más que para cargar agua sin quitarme la mochila, tomar las pastillas de sal que han subido a 5. El terreno se complica es una especie de torrentera, no es muy técnico pero te va machacando las piernas, badenes y badenes. En una zona en la que hay un poco de vegetación me encuentro conn un rebaño de camellos, tienen las patas trabadas. Una camellita muy joven de color arena me vien a dar el encuentro, se parece a Fuyu el dragón de la historia interminable. Se acerca y me atrevo a darle un trozo de higo, temo que me muerda la mano pero sólo me regala una sensación de humedad en la mano como cuando mi perra, con cuidado de no hacerme daño, me coge un trozo de pan de la mano.

Sé que después del CP3, en el km 33.5 se encuentra el Jebel El Habet...sólo quedarán 5 kms para la haima, mis hermanos, la comida, el descanso...

Cuando voy llegando a divisar el Jebel me quedo sin respiración, ¿cómo es posible tanta belleza?, áun lo rememoro y se me saltan las lágrimas; una formación de roca negra y arena , brillante y pulida, como si de azabache se tratara me da la bienvenida, sé que habrá que subir y habrá que pagar el precio para poder sentir su fuerza. El CP3 está en su falda, el helicoptero está allí, aparcado como unpájaro que descansa después de una migración. Me dan el agua, el ritual con el médico y encaro la subida, paso a paso, miro mis pies, miro las rocas y la arena, roca y arena, arena y roca, suave y duro...viene el TAO a mi cabeza, todo está en su sitio, estoy donde quiero estar, un compañero resopla, la pendiente se hace más y más pronunciada. Piso en donde han pisado, me viene a la cabeza aquel o aquella que ha tenido que pasar el primero haciendo el surco donde todos pisaremos...la metáfora de la vida viene una y otra vez a mi mente. Me han dicho que hace 45 grados...

Llego a cima y un aire templado me azota la cara y el cuerpo es como el aliento de la montaña, me regala su aliento para que siga...bajo rápido, una chica va delante de mí. Va hablando sola, por pudor no la miro para no perturbar ese momento, no sé en qué idioma habla.

Por fin, después de unos kms llego a la meta. Lo he conseguido, un paso más, un escalon más. Soy el último en llegar de la tienda, el más viejo y el más lento. Todos mis hermanos han llegado y, com mis tres botellas de agua en la mano, los saludo, descanso un poco y hablamos de lo que nos ha deparado la etapa.

Una satisfacción grande ensancha nuestros corazones y la alegría llena nuestra haima, nuestro hogar. En cuanto puedo, después de curarme una ampolla gorda que me ha salido en la planta del pie (no me gusta el sitio), me voy a hablar por telefono, por el módico precio de 4 euros por minuto o fracción se puede hablar via satélite. Me es muy difícil poder hablar, la emoción me hace tener un nudo en la garganta, es increible, enmedio del desierto y poder hablar...el corazón me estallla, la energía me desborda. Me pongo en una cola de media hora para mandar un correo electrónico que pueda acabar de hacerme sentir en mi cielo particular, merece la pena sentir el dolor de estarde pie; el desierto es un lugar amable donde el sentimiento aflora con facilidad. Hay quien evita hablar con los hijos o con las personas queridas, pues temen romperse, por mi parte no me importa sentir...

Cuando llego me están esperando mis correos, soy el que más hojas de correos tengo, como cada día, no he dejado de llorar leyéndolos; decido guardarlos, los cargaré todo lo que me quede de desierto, son un tesoro para mí...

Después de cenar, de reirnos, de comentar incidencias, de nuevo todos nos callamos a la vez. De nuevo se puede sentir que cada uno viaja a los profundos terrenos de su corazón.

El viaje al desierto es el viaje al interior de cada uno de nosotros, la prueba deportiva no es más que una excusa para poder encontrarnos con la esencia de nosotros mismos.

El otro día lei en un foro en el que escribimos muchos de los que hemos estado allí, que no se nos fuera la olla, que solo era una prueba más y que había que ser muy mistico, para pensar que SABLES te puede cambiar la vida...en mi humilde opinión, no es una carrera más, al menos no para mí y, si es cierto, en ella muchos seguimos encontrando algo que ya vivimos cada día en nuestra cotidianeidad; el que es espiritual, místico o como quiera que se le denomine, en SABLES encontrará sensaciones, vivencias que están ahí, sólo hay que saber verlas...mirando con los ojos del corazón. A mí no me ha cambiado la vida, pero os puedo asegurar que me ha enseñado muchas cosas que me hacen estar agradecido por haber podido vivirlas.

El espiritu SABLES es como la intuición simplemente hay que dejar que se manifieste.

Sed felices o, al menos, intentadlo...

Salam aleikum...

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy colgando tu cronica, etapa por etapa, en el foro de Elatleta.com, espero que no te moleste que lo haga. Si tienes alguna pega dimelo y dejare de hacerlo.
El año que viene voy con mis hermanos del Mont Blanc a correr Sables, esta todo hablado y decidido, asi que voy a tomar nota de todo lo que cuentas.

sandman65 dijo...

Esto es la cadena del ultra...tú me motivas...yo lo hago.
No me molesta que cuelgues las crónicas...son para eso para compartir...
Hermano LIVAN ya se te ha llenado, completamente, de arena la sesera :))))
Nos vemos en Ronda?

MAYAYO: el mono tyvek es un mono de los que se usan para pintar o en la recogida de cahapote, lo encuentras en una ferretería.

PILTRAFAS dijo...

Hace algún tiempo descubrí un blog en el que el tiempo se detenía cuando lo leia. Rebosaba armonía y sosiego. No se como lo encontré, pero eran de años anteriores. No era un lector asiduro, pero si es cierto que lo lei en alguna ocasión y me pareció fascinante. Es cierto que no tardé mucho tiempo en dejar de leerlo, un día lo dejas al otro lo olvidas, pero cuando he empezado ha leer, me vino a la memoria ese blog, y he visto que es el mismo.
Hoy cuando he descubierto quien es la persona que está detrás me he sentido feliz....

Anónimo dijo...

Qué buena entrada.

Anónimo dijo...

Lo he leído y leído. Emocionante.
Gracias!
Un fuerte abrazo.

la granota dijo...

Hasta cruzar la calle te puede cambiar la vida... cuánto más cruzar un desierto! A mí me cambia la vida leerte. Un beso.

Paco Montoro dijo...

Bueno Runner leer tus entradas es los mas, al leerla me parece sentir la arena en mis pies y me traslada aun sitio donde nunca he estado. Gracias

Furacán dijo...

Impresionante! Me quedo sin palabras, el texto, las imágenes... impresionante! Estoy disfrutando muchísimo estas crónicas.

Rafael dijo...

Para simplemente plantearse este tipo de retos,hay que estar hecho de otra pasta,si no;no es posible ni siquiera pensar en hacerlo.
Un abrazo y sigo atento tu maravillosa forma de transportarnos como si estuvieramos alli,en esas arenas eternas.

Un abrazo campeón.

Cristina dijo...

He podido sudar con tu relato y también emocionarme

Saludos

IRISHDECAI dijo...

Bueno, estupendo. Me largo rapido a refrescarme el gaznate que me he vuelto a quedar seco leyendote.

Syl dijo...

Me han llegado los dos últimos post como actualizados a la vez y al entrar he visto que este feedreader mío, es una caca de vaca...

En fin...

que he leído la 2ª parte y de verdad que sigo emocionada.
Yo también pienso que las vivencias te afectan más o menos según las sientas o no con el corazón. A mi, creo que también me haría ver la vida de otra manera.

Tu gesto entrañable con la camella, el japonés, el jebel, tus sensaciones al leer los mensajes, tu llamada por teléfono...no sé...es un sinfin de momentos que tengo claro que no olvidarás jamás.

Besitos.

Ps: voy a por la 3ª parte.

Merak dijo...

es posible que no te cambie la vida, que le de un vuelco ( o sí)... pero algo tiene que haber, todo lo que va sucediendo en tu vida te va transformando sin darte tu cuenta. al final somos lo que hemos vivido.
abrazos