viernes, 29 de mayo de 2009

Ráfagas...


Las ráfagas de Levante mueven mi cuerpo de un lado al otro del camino; cuatro barras son muchas barras, me alejo lo que puedo de los árboles, su sonido atronador avisa que no te acerques, una bolsa de plástico se eleva hasta perderse en el cielo azul.
Ha empezado a hacer calor, el verano de entrenos para las arenas se acerca, el esfuerzo con calor y humedad es más esfuerzo. Las oleadas de arena y polvo que levanta un vehículo al pasar por el camino me recuerda al desierto. La arena se mete en los ojos, en la mente y en el corazón; añoro volver allí, sé que no seré el mismo, que la experiencia será otra experiencia y no me importa.
Ha sido una año este de fuerte preparación: La almudayna, la Transgrancanaria, el Homenaje a la legión, los 101, ahora el duro verano con mochilón a cuestas, intentando no cometer los mismos errores que en el pasado y haciendo hueco para los nuevos.
Vivo en el presente con el rabillo del ojo mirando el futuro, aunque no lo diga en mi mente hay retos, pruebas que no sé si alguna vez haré, tampoco importa. Lo cierto es que no siento eso que muchos ultras sienten: el vacío después de una gran prueba. Aquí estoy, cogiendo lenta pero de forma segura el ritmo de entrenos, con la mirada puesta en el siguiente escalón de la escalera, sólo el siguiente, y sólo la mirada, pues el cuerpo, la mente y el corazón lo pongo en lo que ES, lo que es en este instante.
Me paro delante delante de una duna, el aire se mete con tal fuerza en mis pulmones con la ráfaga de viento que me corta la respiración, miro la arena, me agacho y agarro un puñado, cae de mis manos, sigo corriendo a favor de viento, me dejo llevar por la energía que despliega. Granos de arena en mis manos, ráfagas de viento, cielo azul.
Sed felices o, al menos, intentadlo

lunes, 18 de mayo de 2009

El carnero cornea duro...

Si no hay más que verlo amig@s, mirando su cara te das cuenta de que tiene mala idea...y claro después pasa lo que pasa...
Esta es la crónica de una buena carrera...
Una vez que pasan los preparativos, una vez que te encuentras sólo enmedio de una multitud rugiente, este año se han batido todas los records de participación, te encuentras enfrentado, un año más, ante la enorme distancia a recorrer.
Salgo suave, la gente está eufórica, se nota que hay mucha gente nueva que no sabe donde se está metiendo. Este año los 101, el carnero, promete ser típico: mucho calor y mucha humedad.
Voy trotando muy cómodo las cuestas abajo y el terreno favorable, en las cuestas arriba me reservo y ando. En los primeros avituallamientos no hay quien beba de las colas que hay, afortunadamente soy autosuficiente de liquido para unos cuantos killómetros, me las apaño sin parar en los dos primeros.
14.00 Horas
El calor aprieta, esto parece una romería, hay mucha gente. El personal se va dando cuenta de donde se ha metido, el volumen baja. Yo sigo a mi bola, me entretengo con lo que me importa, observo, respiro, regulo, huelo, me emociono con ráfagas de recuerdos que me traen algunos recovecos del recorrido. Son unos cuantos años haciendo esta prueba y cada recodo tiene el suyo.
17.30
Después de ella ya nada es igual, hasta esta cuesta la prueba es una cosa y después de ella otra, es la cuesta de los cochinos, empiezo a subir a mi ritmo, es una mala hora para subir de esta manera, bebo, un paso detrás de otro, mis pulsaciones van bien. Debajo de algunos árboles se apretujan grupos de corredores, en cuanto uno se para otros le siguen, pararse es malo, sólo parar si es que estás realmente mal, si no, hay que seguir adelante. Una chica da un traspiés delante mía, creo que ha tropezado, es muy joven, casi una niña, cuando le veo la cara me doy cuenta de que no ha tropezado, está verde, la agarro antes de que caiga al suelo. Tiene los labios cuarteados y signos de deshidratación, le ayudo a sentarse en una sombra, ¡no lleva agua!, le doy a beber del camel back, me mira con cara idiotizada; empieza a coger color, la dejo allí reposando.
20.00
Después de un largo rodeo, nuevo este año y no previsto al menos yo no conocía el cambio de trazado, llego a Setenil, supuestamente el KM 53 y el gps marca 58, en mi pié derecho, en la planta, palpita lo que sé que es una ampolla en un mal sitio, sé que es grande, al llegar Setenil, recojo la mochila con equipo y empiezo a curarme el pie, lo preparo, duele. Como, me abrigo y contínuo, me doy cuenta que hay un montón de gente abandonando, el carnero está golpenado fuerte, muy fuerte...
00.30
Una mentira piadosa puede convertirse en un veneno lento. ¿Cuando aprenderá la gente a no mentir diciendo que faltan menos kilómetros de los que quedan en realidad?; después de algunas metirijillas piadosas llego a la "trampa", sí así le llamo al Refugio Central (km 76), no quiero parar, llegar a un sitio donde hace un montón de calor, es un enorme comedor, después de que tu cuerpo lleve aclimatado al fresco/frio de la noche, es una trampa para mí, y para muchos más. Siempre tengo problemas allí, intento que no sea así este año. Recojo la otra mochila de material donde llevo la ropa de noche/madrugada y como veo que hay poca gente en la cola de la comida cojo una bandeja y espero...lo empiezo a sentir, el calor sofocante, pienso en quitarme la camiseta térmica, pensar en que he pensado en eso me dice que las cosas no van bien.
Me siento, sólo quiero abrir un pan con el cubierto de plástico, meter una filete empanado que parece un mezcla de medallón egipcio y pavía de merluza, y salir pitando...me quedo a la mitad de la operación...tengo que salir, ya en la calle, me da el fresco en la cara, es demasiado tarde, abandono el equipo y entro en un cuarto de baño a echarme agua en la cara y en la nuca, cuando levanto la cabeza y me veo en el espejo creo estar viendo a Mikel Jackson en Trhiller, verde, verde...me siento en una banqueta; se me va pasando, tengo que salir de allí, me preparo y salgo zumbando...
03.00
la subida a la ermita siempre es el descabello, si no estabas suficientemente molido; una larga subida, que no acaba, con las prisas me he dejado el botellero, voy sin agua, una chica me da un sorbo de isotónica casera, siempre hay almas generosas, le doy un pequeño sorbo ya que le queda muy poca. Al bajar de la ermita siempre me vengo arriba, llevo sin comer demasiado tiempo y...entonces aparece el puesto de avituallamiento...me tomo un café y cinco o seis palmeritas, sólo me falta levitar; estoy en pleno subidón. Desde ese punto empiezo a coger un ritmo que me permite adelantar a los que ya sólo les queda un largo suplicio hasta la meta, son aquellos que van a un ritmo rídiculo, han agotado todas sus reservas físicas y les queda la firme convicción de querer hacer lo que están haciendo, unos gimen al pisar, lo hacen bajitos, es más bien una pequeña exclamación al pisar, siento respeto por esa gente, los animo y sigo a lo mío, fuerte hacia adelante, mis musculos estan bien, estoy enormemente cansado pero entero, mi hermano Manolo ELHIELO no ha cesado de llamarme para darme ánimos desde las 22.24 hora en la que ha llegado a meta (14 de la General: 11 horas 15 minutos un crack mi hermano).
05.35
Manolo m está esperando en el tajo, lo veo desde lejos y se me pone un nudo en el estómago, dos lágrimas caen de mis ojos y una sonrisa se me dibuja en la cara, me acompaña los ultimos metros.
18 Horas 36 minutos.
Este año el carnero ha corneado fuerte, pero no ha podido con nosotros.
Sed felices o al menos intentadlo.
PD. Después de esto cada cosa brilla más, la comida es más comida, la cama es más cama y lo bueno es que la lista es interminable...

jueves, 7 de mayo de 2009

Aguas tranquilas...

el estrecho
Después de muchos aplazamientos por fin nos han contestado, una de cal y otra de arena; las buenas noticias es que la prueba de los Toruños está un poco más cerca de convertirse en realidad, están dispuestos a financiar y hay que ponerse a trabajar duro. Por lo que respecta al patrocinio de Sables 2.010. la crisis si que se ha notado; de cualquier forma estamos dispuestos a seguir adelante, se nos ha metido entre ceja y ceja ir y lo vamos a intentar de todas las maneras posibles, incluyendo la de que si no hay patrocinio nos patrocinamos nosotros :).
Los 101 kilómetros en 24 horas son la semana que viene, estoy en capilla como aquel que dice, este año he hecho un buen entrenamiento, mejor incluso que otros años, llevo las ideas claras y espero que sea una buena prueba. Esta carrera es especial, es siempre una incognita, demasiadas variables para controlar, no sólo tienes que ir bien preparado, tienes que usar la cabeza y gestionar tus recursos, alimentarte, hidratarte y, además, está aquello que no puedes controlar: la humedad extrema unida al calor sofocante de algunas ediciones, el impacto del sol acumulado en tu cuerpo y, en el mismo día, la noche con su frío húmedo. Tengo ganas de que llegue el sábado 16.
Sed felices o, al menos, intentadlo...