He vuelto a soñar con el desierto. En realidad ha sido más un recuerdo que un sueño.
La tarde fue cayendo lentamente, los colores se fueron tiñendo de dorado, caminábamos hacia el sol poniente, nuestras caras se alargaban por las sombras. La oscuridad se fué adueñando de todo. Encendimos nuestras luces químicas que colocamos en nuestra espaldas. cada uno de nosotros se convirtió, entonces, en guía y referencia del que nos seguía. Nuestros frontales alumbraban unos metros a nuestros pies. Era difícil seguir las marcas luminosas en la oscuridad...y de repente se encendió el láser, fué algo espectacular, en la noche sin luna, estrellada y negra cortada por la mitad con enorme navaja verde. No podía quitar los ojos de él; cuando me hizo falta me ayudó a no perderme.
Cuando recordamos algo traemos al presente pedazos del pasado, lo convertimos en presente por unos instantes, no podemos oler, tocar pero podemos sentir ramalazos de lo que sentimos.
Cuando llegué al foco de luz, un inmenso cañón montado sobre un camión todoterreno, me di cuenta de que a partir de ese momento lo echaría de menos. Un paso más allá del cañon láser se abría la oscuridad.
Como en el desierto veo, cada día, personas desorientadas, perdidas en vidas llenas de infortunio y angustia, no tienen un haz de luz que les guie, sus frontales se han quedado sin pilas, el miedo les atenaza, no se dan cuenta de que pueden seguir sin luces externas, sólo les hace falta dejarse guiar por su propia luz. Desgraciadamente han sido educadas en la importancia de los otros y la pequeñez propia, su autoestima es una sombra triste. Afortunadamente tengo capacidad para desconectar y poder dedicarme a mis asuntos sin que la basura de los demás me ensucie demasiado, aunque hace mucho tiempo que dejé de pensar que no me afectaba estar en contacto con ella.
A vece me siento como un frontal que ayuda a la gente a dar el siguiente paso, en ocasiones me apagan y lo acepto como parte del juego.
Aunque no tengo ninguna previsión de ninguna prueba a la vista, estoy entrenando con buenas sensaciones, mis piernas vuelven a ser lo que eran, ya no son dos bloques de hormigón.
Sed felices o, al menos, intentadlo.
11 comentarios:
Me alegro de que vuelvas a sentirte bien para correr...
Y tienes razón, hay mucha gente que vive sin querer ver...ver más allá de sus propios problemas...
Besitos.
Me gustan las reflexiones, quizas por ello sea corredor, Runner, al igual que tu.Un abrazo
Tiene que ser increible haber visto ese resplandor verde en el desierto...Como si se tratase del nacimiento de la vida ante tanta sequedad y polvo...
Gracias por compartir estas vivencias tan increibles runner!!
Besotes!!
me alegro mucho por tus nuevas sensaciones y por buenas!!!!!
:)
besos
Me alegra oir que vuelves estar corriendo a gusto ... me imagino que eso tambien ayudara a que tu haz de luz brille con mas intensidad para aquellos a quienes te necesitan como sherpa y a ti a mantener el norte bien enfocado.
** Gracias por compartir tus experiencias y reflexiones.
Saludos.
Vivir el desierto en la propia piel debe ser una experiencia única...es una forma de poner a prueba la capacidad del ser humano y experimentar cómo afloran miles de sentimientos encontrados que nos ayudan a madurar...quizás ese sea el poder de un lugar tan alejado del mundo plastico y artificial que son las urbes creadas por el ser humano.
Saludos
la dama de Shalott
y soñaras con ello durante mucho tiempo
abrazos
Vaya imagen, como para olvidarlo.
Buena capacidad, la de vivir sin ser salpicado por la basura que nos rodea. Confieso que no siempre la tengo, eso sí, cada año que pasa nos acercamos un poco mas. ¿Sera eso la sabiduria?
Los idiotas siempre somos felices.
Aunque haya tormenta en nuestros desiertos
Saludos!
Entre aver si había nuevo post....sabes un histriónico según el , me dejo un comentario....quizás te lo podría remitir a ver si lo tratas :)
es bromaaaaaaaaaaa
Un abrazo.
Que foto más impresionante, ver un haz de luz verde en medio de la oscuridad.
Me alegro de que tengas esa manera de pensar y además que te tomes como una regla del juego eso de que no quieran que les guies.
Un consejo, tu la luz siempre encendida, cuando de verdad esten acojonados en la oscuridad, verás como se agarran al reflejo.
Saludos.
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