Segundo final...

En cierta ocasión fui a un maratón al que ya había ido en años anteriores. Ese año, cuando yo creía que quedaban 2 kms., me dicen que habían cambiado el recorrido, y quedaban 4, fueron difíciles de correr.

El viernes hablé con mi entrenador; yo creía que el trabajo de tiradas largas había acabado. Me dijo que este fin de semana tenía quer hacer 5 horas, me acordé de ese maratón, de lo mal que lo pasé...y decidí que esta vez no ocurriría. No hay nada que se resista a una buena actitud, madre de la conducta. En Sables se producirán muchas como esta me dije, así que a sacrale partido a esto.

Esta es la crónica...

Salgo a las 12.00m me encuentro bien, el día es soleado, con viento de poniente moderado; mi idea es la de correr por sensaciones, cuando me apetezca descansar, andar hasta recuperar y volver a correr. Cuando llevo dos horas llego a la las dunas, me hago un largo entero de 7kms, la gente toma el sol y yo navego por las dunas intentando no molestar. Voy comiendo y bebiendo, recibo un sms del ELHIELO que me dice que a esa hora dentro de 14 días estaremos cruzando la meta de la primera etapa. Yo ya estoy en Sables, mi mente vuela sobre las dunas, no veo mar, sólo arena. En ocasiones creo vislumbrar sensaciones que me pueden asaltar allí, pero sólo es una ilusión, aquello hay, habrá que vivirlo.

Acabo con una media de 4 horas y 30 minutos corriendo y 30 andando, esa es la sensación...buena, muy buena, ahora sí que creo que he acabado, se trata de recuperar muscularmente y no perder ni un ápice de forma.

Estoy tranquilo, pero mis sueños son agitados, mi cuerpo se acuerda de lo que ya ha pasado en otras ocasiones y mi mente me intenta llevar a la incertidumbre de lo que no conozco, de lo que aun no he vivido.

Recuerdo una vieja pintura china que me gustó hace tiempo, en ella se ve un caballero montado a caballo que está a punto de comenzar un viaje; cargado con sus armas, protegido por su coraza se enfrenta a su destino.

“arriesgarse produce ansiedad, pero no arriesgarse es perderse a sí mismo. Y arriesgarse en su más elevado sentido es precisamente ser autoconsciente”

Kierkegaard

Sed felices o, al menos, intentadlo.